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Cogerle a alguien durante un rato la
llave de su casa, para poder hacer sin que lo sepa un duplicado y tener
así la capacidad de entrar con facilidad en su domicilio para robar o
cometer otros delitos, ha sido durante mucho tiempo una estrategia común
en el mundo del crimen. El acceso físico a la llave a duplicar se ha
venido considerando como un requisito imprescindible para esa
duplicación con fines delictivos.
Pero ahora, a causa de la creciente capacidad de procesamiento
informático de imágenes, una simple foto, tomada con la cámara del
teléfono móvil, de unas llaves dejadas sobre una mesa, puede
proporcionar a un delincuente la información técnica necesaria para
hacer un duplicado de esa llave. Esta nueva amenaza podría traer una
oleada de robos y otros delitos si la gente no cambia algunos hábitos
sobre el manejo de llaves que hasta ahora se consideraban inocuos.
La duplicación de llaves a partir de información visual no se
consideraba viable. Aunque se sabe de algunos casos de ladrones con una
enorme habilidad y nivel de conocimientos técnicos para confeccionar un
duplicado a partir sólo de una imagen de la llave original, esta
cualidad no solía traducirse en riesgos más allá del ámbito de actuación
de los ladrones especializados en botines muy sustanciosos.
Ahora, sin embargo, un ordenador común equipado con un software de
procesamiento de imágenes que no debiera resultarle difícil escribir a
un profesional, ya puede ser capaz de suplir al ojo del experto,
proporcionando a cualquier delincuente, a partir de una foto, la
información técnica necesaria para confeccionar el duplicado de la llave
y poder perpetrar el crimen que persigue.
La posibilidad de un software de tales características es muy real.
Tanto, que para demostrarlo, un equipo de expertos en computación de la
Universidad de California en San Diego (UCSD) ha creado ya uno. Su
programa puede suministrar los datos técnicos para duplicar una llave,
sin ninguna necesidad de acceder físicamente a ella. Sólo se necesita
una foto de la llave a duplicar.
"Construimos nuestro software de duplicación de llaves para mostrar a
las personas que sus llaves no son inherentemente secretas", explica
Stefan Savage, el profesor de ciencias de la computación de la Escuela
Jacobs de Ingeniería de la UCSD que ha dirigido el proyecto, con la
ayuda de algunos de sus estudiantes. "Quizás ésta era antes una
suposición razonable, pero los avances en óptica y obtención de imágenes
digitales han hecho más fácil duplicar desde lejos las llaves de alguien
sin que tan siquiera lo note".
Los picos y valles en las llaves de su casa o de la oficina representan
un código numérico que describe por completo cómo abrir su cerradura
particular. Si una llave no tiene este "código" preciso, no abrirá su
puerta.
En una demostración del nuevo software, los científicos tomaron fotos de
llaves domésticas corrientes con la cámara de un teléfono celular, las
suministraron luego a su software, y éste entonces produjo la
información necesaria para crear copias idénticas.
En otro ejemplo, utilizaron una cámara con teleobjetivo para capturar
imágenes desde el tejado de un edificio del campus y duplicar llaves
situadas sobre una mesa de café a unos 60 metros de distancia.
"Esta idea debería provocar muy poca sorpresa a los cerrajeros o a los
vendedores de cerraduras", explica Savage. "Hay expertos que han sido
capaces de copiar llaves a mano a partir de fotos de alta resolución.
Sin embargo, lo que nosotros advertimos es que la amenaza ha aumentado
de manera considerable, debido a que las cámaras digitales se han vuelto
más comunes como resultado de la aparición de sensores de imagen más
baratos y también a que las técnicas básicas de visión por ordenador
pueden extraer automáticamente la información de una llave sin requerir
de conocimientos especializados".
Sin embargo, el público general no valora apropiadamente la idea de que
las llaves son información visual confidencial. Mucha gente deja el
llavero con todas sus llaves, incluyendo la de casa, encima de la mesa
ante la que se sientan en un local público, creyendo que el único
peligro es el de que alguien lo coja, y que como eso no puede suceder
porque lo tienen a la vista todo el rato y al alcance de su mano para
impedir el robo físico, no hay de qué preocuparse.
Algo parecido sucede con los aficionados a la fotografía, que usan como
modelos objetos de su propiedad. "Si usted entra a un sitio web para
compartir fotos como Flickr, encontrará muchas fotos de llaves de
personas que pueden utilizarse fácilmente para hacer duplicados. A pesar
de que las personas generalmente emborronan los números en sus tarjetas
de crédito y en las licencias de conducir antes de situar online fotos
de tales documentos, no se dan cuenta de que deberían tomar las mismas
precauciones con sus llaves", alerta Savage.
Probablemente, todas las llaves del futuro tengan añadido un código
electrónico que complemente al código físico de sus picos y valles, pero
mientras tanto, el consejo que da Savage es que tratemos nuestras llaves
como si fuesen tarjetas de crédito, manteniéndolas en el bolsillo
ocultas de la vista de todo el mundo, para sacarlas sólo cuando vayamos
a usarlas y con la debida precaución.
El programa que ha resultado de la investigación de Savage, Benjamin
Laxton (principal autor del software), y sus colaboradores, escrito en
el lenguaje de programación MatLab, puede procesar las fotos de llaves
desde casi cualquier ángulo y calcular la profundidad de cada corte. A
partir de ahí, el usuario obtiene todos los datos necesarios para hacer
los cortes en la copia de la llave, los cuales, junto con la información
básica acerca de la marca y el modelo de la llave fotografiada, es todo
lo que necesita para hacer un duplicado de la misma.
El mayor reto para este software, al que le han dado el nombre de
"Sneakey", es el ajuste de una amplia gama de distancias y ángulos
diferentes entre la cámara y la llave que está siendo captada. Para
hacer eso, los investigadores se apoyaron en una técnica clásica de
visión por ordenador que normaliza el tamaño y la orientación de un
objeto en tres dimensiones haciendo corresponder puntos de control de
una imagen de referencia con puntos equivalentes en la imagen objetivo.
El programa es simple. El usuario sólo necesita marcar algunos puntos de
control en la imagen de la llave y Sneakey hace el resto. El programa
normaliza el tamaño y la posición de la llave, de forma que cada píxel
se corresponde con una distancia conocida. A partir de esta información,
se puede computar fácilmente la profundidad de cada corte de la llave y
extraer así el código de corte.
Los investigadores no han hecho público el código de su software, para
evitar el obvio riesgo de un uso delictivo del mismo, pero advierten que
no le resultaría demasiado difícil a cualquiera con un conocimiento
básico del lenguaje de programación MatLab y de técnicas de visión
computerizada, confeccionar un sistema similar. |