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Oleg Atkov, cosmonauta
(Entrevista
realizada por Jorge Munnshe)
El cosmonauta ruso Oleg Atkov pasó 237 días
en el espacio a bordo de la Salyut-7, batiendo entonces un record de
permanencia junto a sus otros dos compañeros. No está en estos momentos
entrenándose para una futura misión, pero sigue pasando los controles
anuales de aptitud. Es director del Departamento de Métodos Avanzados
de Diagnosis del Centro de Investigación Cardiológica en la Academia
Rusa de Ciencias Médicas. Es autor junto a Victor S. Bednenko de un
libro en el que ambos analizan los problemas médicos causados por la
ingravidez. Ha sido investido con el cargo de Profesor de la
Universidad Humboldt en Berlín.
El
cosmonauta Oleg Atkov (izquierda) con Jorge Munnshe.
Como médico y al mismo tiempo astronauta,
¿qué piensa de los problemas de realizar una intervención quirúrgica en
el espacio?
"Es en verdad un gran problema. Creo que deberían realizarse aquí en la
Tierra muchos experimentos en condiciones simuladas para poder
desarrollar sistemas eficaces de servicio quirúrgico. Son muchos los
problemas, incluso con cosas tan simples como mantener a un paciente
fijo sobre la mesa, o evitar que el instrumental flote sin control. En
mi país se ha investigado al respecto, y se trabajó con la idea de
tener un módulo biomédico especial en la estación orbital MIR. Por
desgracia, este plan no se ha materializado todavía. Será sin embargo
imprescindible para afrontar futuras misiones tripuladas, en especial
las interplanetarias".
¿De qué manera afecta a la
concentración y el descanso de los cosmonautas el ruido constante
procedente del sistema de ventilación y otros a bordo de un vehículo
espacial durante largas estancias como la suya?
"Esa es una buena
pregunta. Por supuesto, toda la gente prefiere dormir
en un ambiente tranquilo, no en uno ruidoso. En una estación orbital,
como las Salyut, la MIR o la Skylab, y en cualquier vehículo espacial
operativo, funciona diverso equipamiento, lo que hace que sonidos del
tipo "click", "clock", se dejen oír con frecuencia. Para el descanso de
los astronautas, se escoge un lugar lo más silencioso posible, aunque
nunca se logra un aislamiento lo bastante satisfactorio. De mi
experiencia personal puedo decir que cuando se está cansado y
somnoliento de veras, entonces uno se duerme en cualquier lugar. Pero
si no se está tan agotado, resulta muy difícil conciliar el sueño, a
causa del ruido. Todos los sonidos molestan, pero en especial los
nuevos, no tanto los fijos y monótonos. Una razón importante para esto
es que, a bordo de una cosmonave, los nuevos sonidos pueden ser
indicativos de que algo no marcha como es debido, de que hay algún
peligro. Otro punto importante es que en el espacio no se duerme
profundamente, el sueño es muy ligero, percibiéndose durante el mismo,
de un modo más o menos subconsciente, los sonidos. En mi caso, yo
percibía el murmullo sonoro de la Salyut-7 durante casi todo mi periodo
de sueño. Por supuesto, la situación llega a hacerse muy molesta, ya
que si no duermes lo bastante, al día siguiente acusarás la fatiga".
(Este texto es parte de una
entrevista más larga)
En la segunda imagen, el
cosmonauta Oleg Atkov. Foto: Cortesía de Oleg
Atkov.
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