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La obesidad y los problemas de sobrepeso son una de las plagas de la
sociedad moderna. Cuanto más avanzada es ésta, cuanto mayor el bienestar
que disfrutan sus integrantes, más numerosos son los casos de deficiente
estado físico que llegan a las consultas de los médicos especializados
en dietética.
Dieta: esta palabra, que junto a “ejercicio”, parecería tener la clave
para resolver la cuestión, no siempre permite obtener los resultados
esperados. Peor aún, algunos casos de sobrepeso alcanzan extremos
realmente peligrosos para la salud, que deben ser considerados desde
perspectivas nuevas y más amplias.
Cuando la obesidad se ha adueñado de la persona, múltiples problemas
pueden asaltarla, siendo la diabetes uno de los más conocidos y más
temidos a un tiempo. No es raro tampoco sufrir dolores en las
articulaciones, sobre todo en las rodillas, descansar de forma
incompleta, o padecer numerosas incomodidades debidas al volumen y el
propio peso.
Durante la vida de la persona que tiene tendencia al sobrepeso,
numerosas pueden ser las iniciativas encaminadas a afrontar y resolver sus
inconvenientes. Pero no siempre es fácil. Si lo que
queremos es adelgazar, dietas para ello existen muchas. Sin embargo, la
búsqueda del adelgazamiento
precisa de una considerable fuerza de voluntad, y una buena guía médica.
Las recetas para adelgazar, o dietas, bien estudiadas, son muy útiles, aunque en ocasiones no suelen
seguirse al pie de la letra por los sacrificios culinarios que implican.
Y qué decir de la tiranía autoimpuesta del ejercicio diario, antes o
después del trabajo, que prolonga el agotamiento corporal y que en
ocasiones choca con la limitada disponibilidad de tiempo.
Entre el ejercicio y las recetas para adelgazar, ¿encontraríamos otras
alternativas?
Algunas soluciones, como la liposucción, permiten eliminar algunos de
los problemas colaterales del sobrepeso. Extraer la grasa del cuerpo
ayuda a mejorar nuestra imagen cuando existe una cierta urgencia desde
el punto de vista estético. Pero el inconveniente de fondo permanecerá
seguramente ahí, hasta que se aplique una resolución definitiva.
Si adelgazar, dietas para adelgazar, y todo lo que este mundo implica,
han empezado a obsesionarle, quizá sea hora de empezar a pensar en esa
solución definitiva.
En la actualidad, muchos de los casos de obesidad, incluso mórbida,
pueden resolverse mediante técnicas quirúrgicas. En efecto, utilizar la
cirugía para perder peso está imponiéndose como una solución
relativamente rápida para muchos casos difíciles y complicados.
Rebecca López, de 65 años y diabética, ha luchado durante toda su vida
para adelgazar y alcanzar el peso óptimo que redujera esta enfermedad y
otras incomodidades relacionadas con el sobrepeso. Cansada de no
conseguir resultados duraderos, finalmente decidió operarse el estómago
según una nueva técnica cada vez más extendida, que le permitiese
adelgazar para al mismo tiempo dejar de tomar insulina. El éxito de la
operación quirúrgica fue total, y según sus propias palabras, su vida ha
cambiado radicalmente. A pesar de eso, advierte que operarse debe
hacerse siempre por la razón correcta, médica, y no por el único
objetivo de tener un mejor aspecto.
Fue Rebecca quien consultó a su médico sobre la cuestión, y fue este
último quien se lo desaconsejó, debido a que el bypass gástrico, que es
como se denomina el procedimiento, podía ser peligroso. Así que la mujer
solicitó una segunda opinión. Le pareció que su médico opinaba desde la
experiencia anecdótica, y no ante los datos científicos. Los
especialistas la tranquilizaron y muy pronto pasó por la mesa de
operaciones.
Este tipo de cirugía tiene diversas variantes, pero la más básica
implica cortar una gran porción del estómago y unir la zona restante con
el intestino. Debido a la capacidad disminuida del estómago, los
pacientes pueden comer tanto como quieran, ya que se sentirán ahítos
mucho antes. En poco tiempo, habrán adelgazado.
La historia de Rebecca López es muy común. Cada vez que se plantea esta
posibilidad, el médico especialista examina los beneficios y los riesgos
de la operación. Pero también deben tener en cuenta los riesgos de no
llevarla a cabo. Para tomar una decisión adecuada necesitan información
y datos, que precisan obtener del examen de sus pacientes.
Sólo en Estados Unidos, la obesidad ha pasado del 15,3 por ciento de la
población al 23,9 por ciento en los pasados diez años. De la misma
manera, han aumentado las enfermedades relacionadas, como la diabetes,
la hipertensión, los derrames cerebrales y las enfermedades coronarias.
De aquí la creciente importancia de la cirugía del bypass gástrico,
también denominada cirugía bariátrica. Aún hay médicos que no entienden
sus riesgos y beneficios, de manera que se muestran reticentes a
recomendarla. Por eso, toda persona que crea que ésta puede ser su
solución, debe acudir a centros especializados y personal con
experiencia en este campo. Deben hablar no sólo con cirujanos, sino
también con dietistas y psicólogos, que puedan cubrir todos los aspectos
de la salud del paciente.
La habilidad del cirujano es capital para el éxito. Un estudio indica
que el riesgo es mayor para el paciente si quien le opera sólo realiza
menos de 25 intervenciones a año, o si se efectúan menos de 50 en el
hospital que le atienda. En cambio, el riesgo disminuye grandemente si
el cirujano efectúa más de 100 operaciones de bypass gástrico anuales, o
más de 150 en el hospital.
Rebecca López se operó en abril de 2004. Antes de someterse al
procedimiento pesaba más de 130 kg. Actualmente no alcanza los 80 kg.
Ella misma admite que la cirugía sólo ha sido el principio. Su objetivo
es continuar adelgazando, vigilando lo que come y ejercitándose, lo que
en definitiva supone afrontar de un modo diferente y más saludable su
vida. Tanto el paciente como el médico deben participar en un plan a
largo plazo que cubra todos los aspectos del cuidado post-operación. Si
no pudiera hacerse este seguimiento posterior, lo mejor sería no
efectuar el bypass. Realizado éste, aún tendrán su oportunidad los
psicólogos, médicos y dietistas o nutricionistas, que deberán velar por
que los buenos resultados de una operación se prolonguen en el futuro
del paciente.
López, de momento, ha logrado dejar sus inyecciones de insulina.
Ya no se preocupa por las recetas para adelgazar. El
círculo se ha roto, su vida ha adoptado un giro de 360 grados. La vida
parece diferente.
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