GUILLERMO CAZENAVE
Entrevista realizada por Roberto Vales
Fdez & Manuel Lemos Muradás, con la colaboración de
Jorge Sergio Iglesias. Agradecimientos a Javier Bedoya y José
Gómez.
¿Como nació musicalmente hablando Guillermo Cazenave?
A los 7 años empecé a tocar gaita. La familia de mi
abuela eran originarios de Escocia y habían emigrado a
Argentina. Formaron una banda que desfilaba en el día de Escocia
y mi abuela quería que aprendiera a tocar la gaita, cosa que
nunca pude lograr bien. Meses más tarde mis hermanos regresaron
de New York y habían visto a los Beatles tocando allí en
su primera gira. Recuerdo que trajeron aquellos primeros LPs con Tony
Sheridan en Hamburgo y el With the Beatles. Una tarde escuché la
canción "Glad all Over" de The Dave Clark Five y con el dinero
que me habían dado por mi primera comunión, compré
el álbum "Session with the Dave Clark Five" y casi me
volví loco de alegría con su música. Clark era el
líder y el batería del grupo, así que
decidí que quería dejar la gaita y tocar batería.
Mi tía me regaló una y empecé a tocar todo el
día y a estudiar, primero con Sam Lerman (baterista de jazz) y
luego con Alberto Alcalá, percusionista de la Sinfónica
del Colón. Estudié varios años pero necesitaba
algo más musical, y en 1969 pasé a la guitarra y
también quería conseguir un órgano para sonar como
Matthew Fisher de Procol Harum.
Como bien dices, fuiste bateria. ¿Qué tienen los
baterias que como, por ejemplo, Klaus Schulze, acaban tocando los
sintetizadores?
No estoy tan seguro de esto. Los baterías siempre han tenido
fama de locos, pero los buenos bateristas han seguido siéndolo y
no han cambiado a los teclados. En el caso mío y de Schulze
probablemente haya sido porque no éramos lo suficientemente
buenos y porque teníamos otras inquietudes musicales y
compositivas que la batería no puede ofrecerte. Éramos
menos rítmicos pero más melodistas.
Ahora que sabemos como nació Guillermo Cazenave como
músico, ¿Como nace el término metamúsica?
De un cuento del escritor argentino Leopoldo Lugones, escrito en 1905.
Se llama La Metamúsica y es una narración de 3
páginas que explica cómo un amigo de Lugones construye
una especie de sintetizador para reproducir la octava del Sol. Lugones
era un gran escritor y un visionario, totalmente adelantado a su tiempo.
Uno de los cd's tuyos a los que le tengo más cariño
por el hecho de haberte conocido es al publicado en 1.988 y titulado
"Biomúsica". De este cd siempre me ha llamado mucho la
atención un tema titulado "No comas carne". ¿Este cd es
ecológico, vegetariano?
Es una pieza que incluí en esa primera edición de
Biomúsica, después de ver un documental sobre los
mataderos y cómo masacran a los animales. Pensé en enviar
un mensaje musical para que dejemos de comer carne y de ser
cómplices innecesarios de lo que considero una salvajada. Luego
me arrepentí de haber puesto esa pieza y de decirle a la gente
lo que tiene o no que comer. No Comas Carne fue escrita y puesta en
Biomúsica como un arrebato de rabia e impulsividad. Sigo
pensando lo mismo pero me equivoqué al ponerla en ese disco.
Creas sonidos electrónicos y sinfónico-progresivos.
¿Con cual de ellos te sientes más cómodo a la hora
de componer?
No lo sé. Ya ni siquiera sé qué es lo que
compongo. No tengo muy claro que sean sonidos sinfónicos o
progresivos, ya que estos son dos términos que cada vez veo
más resbaladizos. Para mi música me gustaría el
término "Spacedelics", una mezcla de espacial con
psicodélico, aunque también hago pop, música
relajante, neo-celta y algunas cosas cercanas a lo cósmico o a
lo que se denomina "progresivo".
Mucha gente relaciona este tipo de música, como la que haces
tú, con las drogas alucinógenas. ¿Qué es
leyenda? ¿Qué es real?
Los psicotrópicos tuvieron que ver con la evolución del
pop en la segunda mitad de los 60s. Cambiaron las letras, los sonidos y
la forma de componer, pero ahora no es necesario acudir a los
alucinógenos para ello. Ya forma parte del paisaje natural
cibernético e informático-musical del siglo XXI, y
cualquier teclado o efecto te lleva a músicas que antes
sólo podías imaginar en tu mente y, en ocasiones, ayudado
por la química. Ahora son los estilos relativamente nuevos como
el tecno los que se motivan con pastillas. Lo nuevo parece siempre
necesitar un empuje o ayuda. Después, cuando lo incorporas a tu
cotidianeidad, ya no.
En tus sonidos más progresivos podemos encontrar influencias
de gente como Pink Floyd. Electrónicamente ¿Por
quién te sientes influenciado?
La pieza que encuentro más cercana a Floyd, de todas las que he
hecho, es "Alpha Sunset" de mi jam con Steven Halpern. Es como un
cosmic blues que salió así por casualidad. Algunas cosas
que he tocado en 12 cuerdas podrían tener puntos de contacto con
los primeros Genesis (Hackett o Phillips), pero me ha influenciado
mucho más (creo) pasajes clásicos de gente como Schumann
o de compositores franceses como Satie. Sólo quizás
pequeños pasajes, ya que mi nivel como compositor es
infinitamente inferior a esos monstruos de la composición.
Tampoco puedo olvidar a los Beatles. Cuando hago pop en inglés
es inevitable acercarse a ellos.
¿Como nació esa amistad que tienes con el ex-Génesis Anthony Phillips?
Vivía en Londres y contacté con él para que me
enseñara temas de afinación para mi 12 cuerdas. Yo estaba
investigando todo aquello pero no quería estudiar exactamente
sino recabar información. Ant daba clases a personas que
empezaban a tocar, así que aquello nunca fructificó, pero
surgió la amistad y las ganas de colaborar juntos algunas veces.
Colaboras con mucha gente: Steven Halpern, Jeremy, Anthony
Phillips... ¿Con cual de ellos te sientes más comodo a la
hora de trabajar? ¿Cómo es el trabajo con cada uno de
ellos?
Foto: Guillermo Cazenave (centro), Roberto Vales (izquierda) y Manuel Lemos (derecha)