THROBBING GRISTLE
Por: Marc Moch
Version Original (en catalán) disponible aquí.
"Un laboratorio." En "The tape delays", un artículo escrito en 1981, tras la disolución, Jon Savage hacía esta definición de Throbbing Gristle (T. G.). Un laboratorio es el lugar donde se realizan investigaciones y experimentos, o bien se crean productos nuevos para la industria, es decir, donde siempre se está en busca de alguna cosa nueva. La idea resulta un tanto acomodaticia - cualquier artista, o cualquier persona o equipo dedicado a una actividad de creación "tout court", podría ser un "laboratorio"- pero se aviene mucho, creo, con el concepto que tenían los propios miembros de T. G. -Chris Carter, Cosey Fanni Tutti, Peter Christopherson "Sleazy" y Genesis P. Orridge-, este último sobre todo, si más no en contraposición al concepto de grupo de rock. Bien al contrario, T. G.quieren huir de la música que, en el fondo, tiene sus raices en una sociedad campesina y rural -la de los Estados Unidos del siglo XIX, el blues y el country- y fabricar la banda sonora que corresponde a la sociedad industrial (que, no obstante esto, llega con más de un siglo de retraso). Pero la consideración de T.G. como "clásicos" o "pioneros" de la música "industrial", las alabanzas automáticas que a veces reciben en los artículos retrospectivos sobre la historia de la música electrónica, el hecho de que hayan sido la referencia de grupos posteriores del género (a veces sin importar incorporar la ironía y el sentido del humor de los maestros), pueden limitar la visión de aquello que T. G. fueron (o querían) ser. En las entrevistas que les hacían, Genesis ya decía que la gente que les imitaba no había comprendido su mensaje. "Nuestro sonido describe nuestras emociones y visiones individuales y colectivas. Y el sonido nos llegó de aquello que pensábamos y veíamos. Es imposible que alguien pueda tener el mismo sonido que nosotros y estar describiéndose a él mismo de una manera veraz".
A fin de cuentas, los "estilos" y las "estéticas" -incluso los "descubrimientos"-, de pioneros absolutos no lo son casi nunca. Más bien resultan el producto de un momento determinado de la historia de la música (o de cualquier otro arte), de la sociedad, de la tecnología. Por eso, estos "pioneros" pueden surgir al mismo tiempo, o casi, en lugares muy alejados físicamente, y ser personas que no han tenido nunca ningún tipo de contacto, y, por otro lado, "contagiarse" muy rápidamente de los elementos nuevos. Así, en la segunda mitad de los años setenta, salen T.G. y un buen puñado de músicos/artistas con unos rasgos comunes (aunque con unas personalidades propias muy marcadas). El libro "Industrial Culture Handbook", de la colección Re/Search, recoge un montón de entrevistas con los principales nombres de esta primera generación "industrial", y establece las características que comparten autonomía organizativa, interés por el acceso a la información, uso de sintetizadores y "anti-música",junto con elementos extra- musicales, y "tácticas de shock".
Se ha dicho que si el punk fue el rebote contra la actitud ingenua de los hippies y la hipocresía del "establishment" rock, T. G. y otros "industriales" vendrían a expresar un mismo sentimiento, pero tomando la tradición de la música electrónica y los nuevos instrumentos en vez del rock y las guitarras.
Un paralelismo T.G./Sex Pistols se puede trazar, con el panorama de fondo de finales de los años setenta, de la guerra fría que todavía puede estallar y hacer trizas el mundo -recuerdo momentos de fuerte tensión, entonces, entre los aliados occidentales y la Unión Soviética-, de la crisis del petroleo y el boom económico de la década anterior, y los nuevos bajos fondos del comportamiento humano revelados al acabar la Segunda Guerra Mundial (y que difunden unos medios de comunicación en crecimiento). Pero la personalidad y el bagaje de los miembros de uno y otro grupo son radicalmente diferentes. A pesar de la performance mediática que los acompañó, los Sex Pistols no eran mucha cosa más que un grupo musical. T. G. no. No querían serlo, de hecho. "T. G. trabaja con información".
Conviene no olvidar que T. G. nacieron como una prolongación de Coum Transmissions, un grupo de performances que funcionó entre 1969 y 1975, con Genesis y Cosey (en el último año, también Sleazy). Nacido en 1950, en Hull, Genesis fue, desde muy joven, un lector de la beat generation (conoció a William S. Burroughs en Londres, en 1973) y de temas de ocultismo, y un gran interesado por el arte de vanguardia -escribió parte del voluminoso libro "Contemporany artists", lo cual le llevó a conocer a Brion Gysin, y fue un activo artista postal-. Con Coum Transmissions firmó una de las páginas más singulares de su disciplina artística (reconocida incluso en el "Performance art" de Roselee Goldberg, de reciente edición castellana en Destino). En sus acciones, desarrolladas en salas y centros de arte de diversos paises de Europa y en Estados Unidos, jugaban con desnudos integrales, excrementos, autolesiones, actos sexuales, lametazos. Ya encontramos, pues, esta incursión en los aspectos más desagradables de la realidad humana, y (supuestamente) morbosos, que tendrá también su lugar en T. G. Años después, este aspecto del grupo levantará vivas polémicas. Algunos veían en ello tan sólo un gusto por la provocación y el exhibicionismo malsano; otros, auténtico interés por ámbitos del conocimiento a menudo considerados tabú. Dejando de lado que ambas cosas no han de ir necesariamente separadas -tengo la impresión de que en T.G. había un poco de todo-, también conviene recordar que T. G. comienzan a trabajar en ello antes del auge del cine pijo-gore, los reality- shows y los manga, de la escalada de la violencia en los medios de comunicación masivos y de la guerra de la ex-Yugoslavia, y antes de Whitehouse (y Psychic TV, y de que toda la temática se convirtiese en un tópico). Y también lo que escribe Antoni Tapies, en su ensayo "La practica de l´art": "Si las formas so son capaces de herir a la sociedad que las recibe, de irritarla, de inclinarla a la meditación, de hacerle ver que se encuentra atrasada, si no son un revulsivo, no son una obra de arte auténtica... Cuando el gran público halla plena satisfacción en unas formas artísticas determinadas, es que estas formas ya han perdido toda virulencia". "El principal enemigo de la creatividad es el buen gusto", decía por su parte, otro pintor, Pablo Picasso.
Llegó un momento en que Coum Transmissions pensaron que podían ampliar sus medios de expresión, para así poder salir del circuito de las galerías de arte, y que era posible trabajar (también) con música (y todo aquello que puede rodearla). De entrada, T. G. fueron tan sólo un añadido de los montajes de Coum -su primera actuación tuvo lugar el 6 de Julio de 1976, en la Air Gallery de Londres-. La tercera la hicieron el 18 de octubre de ese mismo año, en el Institute of Contemporany Arts (ICA) de Londres y dentro del "Prostitution show" de Coum Transmissions, que incluye fotografías pornográficas de Cosey (la chica vivía de esto y de sus stripteases) y que causará tanto escándalo (provocó incluso un debate parlamentario, ya que el ICA es una institución que recibe dinero público, y ya sabemos cuán mojigatos son algunos puritanos británicos en relación al material de tipo "ofensivo".
A partir de aquí, Orridge, Carter, Cosey y Christopherson vieron con toda claridad que la música "es una buena plataforma para la propaganda" y se lanzan a ello por completo, olvidando Coum Transmissions, pero manteniendo abierto su interés por cualquier forma de expresión (y de comunicación, y de las relaciones de poder que siempre la envuelven). Con ganas de demostrar que las cosas se pueden hacer de una manera diferente, lanzan Industrial Records, su propia compañía discográfica -el nombre lo sacaron de un slogan, "Industrial music for industrial people" ("Música industrial para gente industrial") sugerido por Monte Cazzaza, que entonces estaba pasando tres meses en Londres, y les pareció mejor que el primero que tenían, Factory Records, por Andy Warhol. (El nombre del grupo, por cierto, lo habían tomado de la expresión popular que, en Yorkshire, utilizan para mencionar la erección.) Industrial publica pronto la primera referencia, una cassette. Después, cada uno pondrá quinientas libras de su bolsillo para poder publicar el primer LP de T. G., "Second Annual Report". "Nosotros miramos nuestra colección de discos, o lo que sucede, y decidimos lo que personalmente nos gustaría tener o poseer, como un disco, o una revista, y entonces, si nadie lo está haciendo, nosotros lo hacemos". Es decir que, en 1977, querían tener un LP que combinase sonidos analógicos sucios, ambientales manipulados, voces, loops, recreaciones de los paisajes sonoros urbanos, una especie de negativo de la música planeadora y freaky de la época en fusión con otra rama, la de la música concreta y de vanguardia. A pesar de que "Second anual repport" empieza con la magistral "Slug bait", donde ya se apunta esta búsqueda del contraste entre las sonoridades abruptas y un extraño y mesmerizante sentido de la melodía. Hay un LP grabado antes de "Second", pero que no salió hasta 1987, con el título "Very friendly", que es quizá donde suenan más (en algunos momentos) a Velvet Underground (modalidad "Sister ray"), ornamentados sin embargo con sintetizadores y ritmos metálicos, por encima de los cuales pueden flotar líneas musicales, latidos de notas graves y reverberadas, voces.
"Tan incorrecto es no ser capaz de tomar a TG cuando es melódico, que cuando no lo es. Por eso hicimos "Adrenaline" y "Distant Dreams", para hacer entender que nos negamos rotundamente a renunciar a todas las opciones que queremos mantener." Algunos de los compradores de "Second annual report" pusieron mala cara con el segundo LP, "D. O. A.. The third and final report", y dejaron de seguirlos (para hacer y publicar su propia música, en algunos casos, como por ejemplo Whitehouse) con el tercero, "Twenty jazz funk greats". Evidentemente, T. G. aquí no hacen tanto ruido ni resultan tan punks, pero son estos sus discos de madurez, en los que exhiben versatilidad e intuición dirigida hacia ámbitos musicales todavía por explorar, desde sus influencias que toman parte del rock alemán (Kraftwerk, Cluster, Tangerine Dream) pero también psicodelia extrema y música étnica ritual (que liga con su interés por las piezas repetitivas e hipnóticas, y los estados alterados de la consciencia y las fronteras interiores de la mente, de la manera que comenzó a indagar el surrealismo). "D.O. A" (donde hallamos temas hechos por cada uno de los cuatro miembros en solitario) se inicia con "I.B.M.", pieza industrial por antonomasia, para continuar con "Hit by rock" (una especie de noise-rock), el collage de sonidos de "United", los ritmos repetitivos de "Valley of the shadow of death" (que presenta una vía de la que el LP en directo "Heathen earth" será su expresión plena), y la avanzadilla de la manera de entender la psicodelia de Genesis (que después explorará en profundidad con Psychic TV) que supone "Dead on arrival"/"Weeping". En la cara b, "Hamburger Lady" y "Hometime" combinan magistralment ruido y una especie de sub- melodías, mientras que "AB/70" inaugura el tecno que resultará emblemático de Chris & Cosey de la misma manera que "E-Loli" lo es para el ambient post-industrial y "Walls of Sound/Blood on the floor" la densidad rítmica y ruidosa con la cual harán su estilo Esplendor Geométrico, para entendernos. "Twenty jazz funk greats" prolonga mucho los presupuestos de "D.O.A." (aunque con menos ruido). Encontramos sintonías electrónicas prácticamente tecno-pop ("20 Jazz Funk Greats", la fabulosa "Hot on the heels of love", "Walkabout"), el ritmo industrial y post-Kraftwerk primera época de "Convincing people" y "What a day" (e incluso "Still walking"), las atmósferas de onirismo oscuro de "Beachy head", "Persuasion" y "Six six sixties", y "Tanith", un tema precioso y melódico, y extraño y perverso al mismo tiempo (y es cuando consiguen este equilibrio, que hallaremos los mejores momentos tanto en Chris & Cosey como en Psychic TV. La discografía de T. G. es enrevesada. Se puede decir que casi todo lo que hicieron, tanto en directo como en estudio, ha sido publicado de una manera u otra (e incluso hay quien sospecha de tantas grabaciones con su firma). Cuando estaban en activo, publicaban en Industrial Records, en cassettes, las grabaciones de todos sus conciertos (ahora recopilados en una serie de compactos de Mute Records, que también se ha encargado de reeditar los álbumes). Incluso llegaron a sacar "24 hours", una caja de 24 cassettes en vivo (más dos de entrevistas), porque decían que todo es información del grupo que ha de estar disponible para el público. Y animaban a la gente para que trajesen grabadoras a las actuaciones -bien pensado, es de lo más lógico, ya que si han pagado por esa música, ¿por qué no la pueden grabar o darle el uso que quieran?. También hacían llamamientos a la producción espontánea de discos pirata, sin afán de lucro. El primer álbum pirata se llamaba "Music from a Death Factory: Throbbing Gristle Live" , salió en Alemania, en 1980-81, y era la impresión en vinilo de la cassette del concierto del 18 de mayo del 79, en la sala The Factory de Manchester.
Esta filosofía editorial hace que encontremos productos de niveles muy diversos bajo el epígrafe T. G. (y no sabría decir donde acaba la actitud alternativa y donde comienza la explotación mitómana, si más no a partir de la disolución y la invención de los compactos). En todo caso, las obras más conocidas, y las que han tenido más influencia en toda una generación de grupos, son las que han sido citadas antes. Podríamos añadir "Journey through a body", excelente banda sonora para una película de Derek Jarman, y "Mission of dead souls", que recoge el último concierto, en el Kezar Pavillon de San Francisco, el 29 de mayo de 1981 (el 23 de junio decidieron disolverse); resulta demasiado dominado por las letanías de Orridge, pero tiene un tema, "Vision and voice", absolutamente demoledor. También está el "Throbbing Gristle´s Greatest Hits", con versiones arregladas de los temas de los álbumes, más "Adrenalin", su single más hipnótico, y "Slug bait" procesado al revés (se titula, claro, "Tiab guls"). La portada es una fotografía de Cosey que parodia (o rinde homenaje, que más da) las de los discos de Martin Denny. Cabe señalar que T.G. fueron pioneros también de la reivindicación de Denny y el easy listening (si bien un poco después de The Residents, Boyd Rice y otros). Recordemos que en "Twenty jazz funk greats" -¿no parece el título de un disco moderno de ahora mismo?- está "Exotica". Y parece ser que, al acabar los conciertos, casi siempre ponían música de Denny. Otra prueba del espíritu ecléctico y sin prejuicios que quizá constituye la mejor pieza de su legado.
Si deseas adquirir algún trabajo de Throbbing Gristle, basta con que uses este enlace.
Si deseas adquirir algún trabajo de Chris & Cosey, basta con que uses este enlace.