VANGELIS Y NEURONIUM
CRONICA DE SU COLABORACION LONDINENSE
Por: Jorge Munnshe y Manuel Montes
Observando con detenimiento las fotografías que aparecen en In London y en A Separate Affair, uno llega a la conclusión de lo rápido que transcurre el tiempo, en especial durante estas dos últimas décadas de evolución electrónica. Nostalgia analógica, esto es lo que en nosotros despiertan tanto estas imágenes como la música que encontramos en el interior de los CDs. Nostalgia... y sorpresa. En efecto, muy pocos seguidores podían esperar que una década y media más tarde se publicase lo que dio de sí un encuentro acaecido en Marzo de 1981, del cual se televisó un fragmento. Angel Casas dedicaría más tarde dos programas de su espacio televisivo "Musical Express, Serie Amigos" a la música electrónica. En uno de los programas sería emitido el resultado de tan interesante colaboración. Las dos emisiones, con apariciones de Klaus Schulze, Ashra, Tangerine Dream, etc., se convirtieron con los años en uno de los documentos más difundidos entre los seguidores de la música electrónica, una inusitada reunión de estrellas que raramente se volverá a repetir.
Desde entonces, fueron muchos los aficionados de todo el mundo que solicitaron la publicación de la colaboración Neuronium / Vangelis. Y por fin, más de una década después, se editó, en dos entregas. Michel Huygen se encargó en 1992 de remezclar el máster original, eliminando ruidos indeseables y proporcionando un producto óptimo para su aparición en compacto. El único tema del CD Single In London (también apareció una edición especial en cassette), dura 8 minutos y 53 segundos, algo más que la versión televisiva, mutilada para su emisión. In London fue lanzado en 1993. Tres años más tarde, Michel Huygen hizo nuevas mezclas de la música y este material inédito (de 36 minutos de duración) fue publicado en medio de una gran expectación.
En aquella memorable sesión de 1981, Vangelis y los componentes de Neuronium realizaron una de las más claras muestras de lo que puede hacerse con los sintetizadores en el ámbito de la música electrónica cósmica. Aunque la obra original se grabó en un sistema analógico, en el legendario Nemo Studio de Vangelis, en Londres, la pericia técnica de Huygen permitió una total remasterización y su presentación con mezclas mejoradas. Así, el original In London dejó paso a este A Separate Affair donde el tema principal es tratado en tres formatos diferentes (psychotronic mix, after hours mix y radio mix), de duración decreciente. La audición del álbum nos retrotrae al sonido Vangelis/Neuronium de finales de los setenta, principios de los ochenta, en los que la sonoridad analógica, los secuenciadores y los ambientes sinfónicos dominan por encima de todo lo demás. Pero este CD no es sólo para nostálgicos o coleccionistas: la verdadera música electrónica en su vertiente más cósmica brilla aquí en todo su esplendor.
Con motivo de la buena acogida que entre los fans de Vangelis y de Neuronium han tenido In London y A Separate Affair, entrevistamos a Michel Huygen en su casa y le comentamos que la inesperada publicación de esta colaboración ha despertado un verdadero interés.
"En efecto, en Estados Unidos, en Canadá, en Inglaterra y en Alemania, está gozando de un gran éxito. Casi todas las cartas que recibo sobre esta cuestión coinciden en varios aspectos muy curiosos: el interés que despierta la utilización del sonido que antes era habitual, mezclado con reverberaciones modernas, la novedad de oír a Neuronium y Vangelis trabajando juntos, y el comportamiento de este último en una composición cósmica por completo."
Sabemos que el tema es básicamente una improvisación, sentada sobre unas bases preparadas de antemano por Michel Huygen. Le pedimos que nos dé más detalles al respecto.
"Preparé algunas cosas, como por ejemplo el tono general de la improvisación, las secuencias rítmicas que se incorporaron a lo largo del tema, etc. En aquella época no era posible improvisar con un secuenciador. Era necesario afinar nota por nota, y manipular demasiados controles. Sin embargo, a la hora de la verdad, la entrada de los secuenciadores y otros elementos preparados se efectuó en momentos no previstos, ya que a Vangelis le apeteció accionarlos de esa forma. ¡Y debo decir que el resultado me pareció excelente! Las melodías sí fueron improvisadas en su totalidad."
La presencia de Vangelis es fácil de detectar en la composición. Por ello, In London y A Separate Affair contienen su sello personal, incrementado por el factor improvisación. Sin duda, Vangelis es un firme ejemplo de la improvisación como fuente de inspiración, y al respecto Michel nos explica:
"Hace tiempo, oí a Vangelis improvisar en su estudio, en Francia... y bueno, uno llega a creer que hay algo sobrenatural en él. En un momento determinado, se interesa por un sonido en particular, comienza a tocar y... ya está, puedes escuchar entonces como de allí surge la música con su estilo de siempre, potente, grandilocuente, con esos acordes grandiosos. Combina de manera magnífica sus instrumentos, y no usa nada que no usemos cualquiera de nosotros."
Al respecto de esto último, le preguntamos a Michel sobre si, siendo él un sintesista famoso con suficiente éxito económico, ha sentido alguna vez la tentación en la que otras estrellas han caído, de comprar siempre todo lo más caro que vaya saliendo al mercado, por considerarlo lo mejor, como en la época en que imperó un cierto snobismo hacia el Fairlight y el Synclavier, a los que el público llegó a considerar como los mejores instrumentos para hacer música electrónica, cuya posesión ratificaba al artista como estrella, y cuya carencia hacía dudar de dicho status.
"No, para nada. No hace falta tener lo más caro. Y esta cuestión de tener 'lo mejor' es algo de lo que he hablado muchas veces con Vangelis. El no suele usar Fairlights ni Synclaviers. Y en eso estoy totalmente de acuerdo con él. A veces me ha dicho: 'Cuando tienes tu propio sonido, no hace falta todo eso'. Y es cierto. A mí tampoco me hace falta tener 'lo mejor' en tecnología musical. En eso compartimos la misma opinión."
Michel se muestra entusiasmado con la acogida que han tenido In London y A Separate Affair. ¿Por qué, entonces, no se publicó mucho antes esta colaboración?
"Lo cierto es que no queríamos que la gente tuviera la sensación de que estábamos aprovechando el nombre de Vangelis para avanzar en nuestra carrera como grupo. Ese es uno de los motivos por los cuales en las portadas de ambos discos aparece el nombre de Neuronium en primer lugar. No se trataba tampoco de aprovechar el éxito de 1492. Pensad en lo que hubiera supuesto sacar al mercado el primer single In London en medio de la tremenda aceptación de Chariots of Fire ("Carros de Fuego"), e incluso de Blade Runner. Preferimos esperar a la aparición de mi álbum número veinte. A estas alturas ya no creo que ninguna persona piense que intento aprovechar la fama de nadie, sino, simplemente, dar satisfacción a muchos seguidores. En realidad, el mismo Vangelis, durante alguna conversación hace bastantes años, recordó la experiencia y me propuso la edición de la pieza, pero preferí dejar pasar más tiempo."
Cuando en 1982, Vangelis fue premiado con el Oscar a la mejor banda sonora por su música en Chariots of Fire ("Carros de Fuego"), ascendió a un estrellato más elevado aún que el que había conquistado con su época en Aphrodite's Child o con su posterior carrera en solitario. No obstante, en el terreno personal, este acontecimiento le convirtió en el blanco de innumerables intereses comerciales y sociales, algo que para él, poco amante de actos públicos, incluso de dar conciertos, y mucho menos de ser el centro de atención de tanta gente, no fue motivo de bienestar. También le disgustó el contraste entre la atención recibida antes y después del Oscar, con todas las actitudes hipócritas a su alrededor que ello acarreó. Medios de prensa que antes le menospreciaban, ahora le perseguían con tenacidad para entrevistarle. Productoras cinematográficas que antes infravaloraban su talento, ahora llegaban a ofrecerle hasta medio centenar de bandas sonoras en cuestión de un año.
Esa actitud suya, unida a la presión externa que recibía, no hicieron sino forjarle una imagen de sujeto extraño, misterioso, apartado de todo contacto con el mundo. Su ausencia en la ceremonia de entrega de los Oscars (motivada porque debía finalizar un trabajo urgente, pero que bastante gente interpretó como prueba de frialdad y distanciamiento), su aversión a viajar en avión o en barco, su poca accesibilidad para tocar en directo y conceder entrevistas, junto a otras cuestiones, consolidaban esa imagen. Ataques como una injusta acusación de plagio presentada ante los tribunales por Stavros Logarides, ataques para los que los famosos son siempre un blanco perfecto, no contribuyeron a incentivar su vida pública. Así, en los años ochenta Vangelis acentuó su talante huraño, tratando de eludir cualquier situación en la que su condición de famoso perturbase su vida privada. "El Desagradable" es como se le llamaba en algunos ambientes londinenses durante la época posterior al Oscar y antes de irse de Gran Bretaña. Michel Huygen, nos comentó al respecto:
"Los desagradables eran en realidad quienes se lo llamaban. Porque era gente, y Vangelis lo sabía y por eso les trataba como lo hacía, que se interesaban por él sólo después del Oscar, habiéndole despreciado por completo en el pasado, en especial al principio de su carrera, cuando era pobre... porque llegó a no tener mucho dinero..."
Le pedimos a Michel que detalle mejor esta última cuestión:
"Sí, Vangelis no oculta que si pudo comprar todo el equipamiento necesario para grabar sus primeros álbumes electrónicos en solitario, fue en buena medida gracias a su participación en discos de su primo Demis Roussos, para los que componía temas, y en los que hacía labores de producción."
Debido a su relación con Vangelis, Michel Huygen también sufrió presiones cuando el artista griego ganó el Oscar:
"Siempre he apreciado mucho a Vangelis. Por eso me dolía que se me tratase de implicar en los tejemanejes de los periodistas que iban tras él después del Oscar. En Londres había periodistas que cuando sabían que yo iba a verle, me decían '¿Podría decirle a Vangelis si puede concederme una entrevista?'. Yo jamás le pasé ningún mensaje de este tipo. No quería que creyera que por nuestra amistad yo iba a llenar su casa de reporteros de revistas y medios que antes del Oscar le infravaloraban por completo. A menudo me venían periodistas al hotel, me hacían una entrevista, y al despedirse me decían '¿Por qué no le dá esta tarjeta a Vangelis de parte mía para ver si me concede una entrevista?'. Yo tiraba todas esas tarjetas al cubo de la basura. Jamás me presté a esas maniobras. Porque no quería en absoluto usar mi amistad con él para cosas así."
Huygen nos ha definido así a Vangelis:
"El Vangelis que yo conozco es una persona de trato amistoso, incluso bromista. Su carácter es como el de la música de sus discos. Ese lado romántico, grandilocuente, trágico... Sí, así es él. A veces le he visto violento con determinadas personas, pero por los motivos que he dicho. Conmigo siempre ha sido muy amigable, y casi paternal, dándome consejos para protegerme en el mundo discográfico. Guardo recuerdos entrañables, como el día que me puso una cinta en su casa y me dijo 'Esto va a ser mi nuevo trabajo'. Y era Chariots of Fire ("Carros de Fuego"). O un día, en Londres, en que él tenía que trabajar hasta tarde, y me propuso que fuera con él al estudio y luego saldríamos a cenar. Así que estuve presente mientras trabajaba. Se trataba de la banda sonora de The Bounty ("Rebelión a bordo"). Era curioso oír la música y ver en una pantalla grande los diversos tramos de película, aún no montada, con el '¡Corten!' y todo eso. Fue muy divertido. También lo pasamos muy bien en la grabación que hicimos juntos para televisión (In London / A Separate Affair). Era mucho más larga, pero TVE sólo emitió un trocito. Siempre que iba a Londres, me invitaba a su estudio. Era un estudio que por fuera carecía de cualquier rasgo por el que se le pudiera identificar como tal, y por supuesto sin ningún letrero o rótulo. Te acercabas a una casa vieja, en un callejón sin salida, y una vez estabas dentro, descubrías que te hallabas en El Gran Estudio. Estaba hecho así adrede, para despistar. Comprendo que él se fuera de Londres, porque allí vivía bajo lupa y eso no lo soportaba. Por ejemplo, en Londres, llevándome él en su coche al hotel, recuerdo que al parar ante un semáforo, la gente de todos los coches detenidos alrededor nuestro se dedicaba a contemplarnos. Eso a él no le gustaba. Cuando estaba con él en algún local público, a veces yo miraba por la ventana, y afuera siempre había tres o cuatro personas esperando por si podían verle al salir. En ocasiones sucedía que íbamos a un restaurante, y cuando al entrar él comprobaba que toda la gente se giraba a mirarle, expectante, daba media vuelta y nos íbamos a otro. Y así sucesivamente, hasta que al fin llegábamos a un restaurante concurrido por gente tan famosa, que nadie reparaba en él. Igual estaban cenando un ministro aquí y un actor allá. Entonces él ya se sentía tranquilo porque nadie le vigilaba y ya nos dejaban charlar. Y hablábamos de sintetizadores toda la noche".
Sobre el asunto de la ausencia de Vangelis en la entrega del Oscar por su banda sonora de Chariots of Fire ("Carros de Fuego"), Huygen recalca que: "Tenía trabajo urgente que hacer. Debía terminar un encargo. Entregarlo en el tiempo pactado era una cuestión de seriedad profesional. No quería dejar abandonados a quienes habían depositado su confianza profesional en él. En ese sentido, ser premiado con el Oscar no se le había subido a la cabeza. En absoluto despreciaba el Oscar, ya que lo colocó en un lugar bien visible de su casa, prueba de que estaba orgulloso de haberlo ganado."
El temperamento amigable y generoso del artista, no exento a veces de un cierto toque ingenuo o rústico, queda bien retratado en la anécdota acaecida cuando el equipo de Televisión Española del programa "Musical Express" se desplazó a Londres con Neuronium para grabar la jam session que años más tarde se recogería en parte en In London y en A Separate Affair. La idea de tocar juntos había sido de Vangelis, quien tuvo la iniciativa de contactar a la banda interesado por su labor. Cuando llegaron, un tanto nerviosos porque no sabían con qué clase de persona se iban a encontrar, y además era una hora poco adecuada para hacer visitas, la de comer, Vangelis, que ya había comido, les dio dinero y les dijo "Tomad, iros a comer algo ahí al lado y después tocaremos". Ellos, como es lógico, llevaban dinero, y el gesto del músico les pareció un tanto chocante o torpe, aunque sin duda alguna amistoso. Así, de un modo tan prosaico y poco formal, hablando de comida y de dinero, intercambiaron sus primeras palabras cara a cara con el rey de los sintetizadores.
No resulta sorprendente que Vangelis, como otros personajes célebres de la industria discográfica, cinematográfica y de otros sectores, se sienta presionado hasta el punto de tener que esconder su vida privada tras una armadura, dando la impresión de ser un individuo taciturno por naturaleza. A su alrededor se ha creado un engranaje económico monstruoso, en el que las cifras movilizadas son gigantescas.
Agradecemos a Michel Huygen su amable atención al concedernos esta entrevista.
Puedes encontrar más información sobre Vangelis en:
http://members.xoom.com/Lightnet/home.htm
http://www.geocities.com/Athens/Delphi/8286/
http://bau2.uibk.ac.at/perki/Vangelis.html
http://ourworld.compuserve.com/homepages/antas
http://www.uco.es/~i42lojuj/vangelis.html
http://www.il.ft.hse.nl/~lodewks/elsewher.htm
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-EL VIAJE ASTRAL SONORO DE MICHEL HUYGEN & JIMENEZ
DEL OSO
-NEURONIUM LANZA "PSYKYA"