EL
LUTHIER JOSEP MELO,
Guitarras con Personalidad
Por: M.A.
Es indudable que el arte se encuentra no sólo en la música, sino también en los instrumentos que la interpretan. Sin éstos, aquélla no podría existir, y además la personalidad de cada instrumento influye también sobre la de la música interpretada con ellos. En contraposición a los instrumentos fabricados en serie, los elaborados artesanalmente por luthiers poseen una personalidad única, inimitable, que enriquece las composiciones donde se utilizan.
De entre los luthiers especializados en guitarras, Josep Melo es un claro ejemplo de artesano que no se deja influir por modas, que se aparta de lo convencional para experimentar con nuevas ideas, y cuyos instrumentos logran tener una personalidad única que los diferencia de cualquier otro.
Atraído por la música desde temprana edad, la guitarra se convirtió de inmediato en su instrumento preferido. Además de tocarla y de coleccionarlas, se interesó por los secretos que determinan su textura sonora. Trabó amistad con luthiers de fama mundial como Jim D'Aquisto, Jean Pierre Favino, David John Morse y José Luis Romanillos, de cuyas experiencias sacó conclusiones valiosas. Realizó diversas visitas a fábricas, como la de Gibson en Nashville, la de Bozeman en Montana y la de Martin & Co en Pennsylvania. Su formación como diseñador, y sus estudios de la física del sonido, le permitieron abordar la fabricación de guitarras con un elevado conocimiento científico poco frecuente entre los luthiers. Uniendo esa base técnica con sus ideas personales, ha logrado crear una atractiva gama de guitarras acústicas, clásicas y eléctricas, cuyas características pueden resultar sorprendentes. Por ejemplo, sus guitarras eléctricas tienen una sonoridad bastante similar a la de la acústica.
Josep Melo nos ha concedido una entrevista en su taller, donde se aprecia en toda su plenitud la envergadura y minuciosidad de su trabajo.
-Construir una guitarra ¿es más un arte o una técnica?
"Bueno, es una pregunta un poco difícil de responder. Para construir una guitarra, se necesita saber hacer de carpintero o ebanista, ya que hay que trabajar la madera con la suficiente habilidad. También hay que conocer tanto como sea posible las propiedades de los materiales con los que se trabaja. Para un ebanista, muchos aspectos sobre la forma de trabajar la madera y la ubicación de elementos en una estructura tienen poca importancia. Pero, a diferencia de los muebles, en un instrumento musical es fundamental el uso correcto del material, y la elección del material correcto para cada finalidad. Como es obvio, hay que conocer todas las características técnicas del instrumento a fabricar, y es deseable poseer una sólida formación en física del sonido".
-Tú trabajas tanto con guitarras acústicas como con eléctricas. ¿No son modalidades muy distintas y quizá con filosofías opuestas? ¿Te encuentras con que hay rivalidad entre ambos tipos y que los partidarios de unas y de otras muestran actitudes conflictivas?
"No. Hace años, quizá sí había una barrera entre los músicos folk con sus guitarras acústicas y los de rock con las eléctricas. Pero hoy no, sobre todo con los guitarristas que no proceden de la Música Clásica. Estos son músicos muy diversificados, que lo mismo tocan guitarra acústica que eléctrica. Quienes aún pretenden mantener separadas ambas clases suelen ser los músicos clásicos. Es difícil que usen una guitarra eléctrica para tocar. Son ortodoxos incluso en las características que ha de tener el instrumento acústico: unas medidas determinadas, una forma concreta... El músico moderno es más versátil, acepta un mayor número de diseños, e incluso se atreve a probar nuevas filosofías de sonido. En contrapartida, hay que decir que bastantes guitarristas modernos, incluso de probada profesionalidad, no cuidan demasiado el aspecto del sonido. Resulta sorprendente que un guitarrista de gran técnica interpretativa utilice una guitarra de aficionado, pero es un caso que se da con bastante frecuencia. Siendo yo un luthier que pretende hacer un sonido diferente al de los otros e introducir nuevas cualidades, resulta frustrante que el músico que viene a verme no sepa apreciar estas cosas a causa de su ignorancia sobre las características sonoras genéricas de la guitarra".
-¿Qué piensas sobre los dispositivos de procesamiento electrónico para instrumentos acústicos, y en particular para guitarras?
"En el caso de la guitarra acústica pienso que sus propiedades sonoras las ha de tener por sí misma, y en todo caso la única conversión que yo acepto de buen grado es la amplificación mediante el sistema piezo-pasivo, cuya única función es traspasar la vibración de la cuerda y la tapa a señales eléctricas que luego son amplificadas, con lo cual la calidad tonal, y sobre todo la dinámica del instrumento, no se modifican. En mi opinión, el gran problema de la guitarra acústica amplificada con previo es que éste atenúa o aumenta las frecuencias. Es como colocarlas todas dentro de un carril central, ignorando los márgenes extremos, los cuales son precisamente el rasgo más representativo de la personalidad de los instrumentos acústicos. Lo mejor que estos pueden ofrecer en cuestión de sonido es su gran cantidad de dinámica. Lo que hace un previo es igualar esta dinámica para conducirla toda en una especie de carril que el amplificador pueda aceptar mejor, por tanto la señal es más igualada, y más fácil de ser procesada. Yo prefiero la guitarra con una electrónica pasiva, para que así el sonido original no sea modificado. De este modo, todo lo que tocas llega intacto al amplificador. En cuanto a la guitarra eléctrica, sucede algo muy parecido, y el sonido puede resultar "artificial", aunque sé que esto es difícil de comprender si no se escucha. A pesar de no ser un instrumento puramente acústico, yo pienso que la guitarra eléctrica también puede dar sonidos 'naturales' y precisos. Por eso, si en su amplificación se utilizan sistemas activos, la sonoridad genuina se pierde".