SATORI,
LA MISTICA
DEL ROCK
Por: J.M.
Tras el nombre artístico de Satori, trabaja el guitarrista y miembro de la banda rock española No Lo Sé! Miguel Alberto Cruz. Su faceta como Satori constituye su carrera en solitario dentro de un ámbito musical arriesgado y vanguardista. Procedente del rock sinfónico, profundiza en la vertiente más mística y psicodélica de éste, alcanzando paisajes sonoros irreales y melodías mágicas, entre lo fantasmagórico y lo celestial.
Satori no esconde la influencia que la mítica banda Pink Floyd tuvo en él a la hora de interesarse por la música y por la composición. Siendo adolescente, se hallaba de vacaciones en una población de alta montaña. Una mañana despertó. El día era soleado pero fuera estaba lleno de nieve. Le llamó la atención una música que le sonaba beatífica, mágica. Procedía del exterior. Se escuchaba a través de unos altavoces colgados en postes que se distribuían por toda la montaña. "Harto de preguntar y de correr por la montaña preguntándole a la gente qué era eso que sonaba, conseguí al final que alguien me dijese qué era: Ni más ni menos que una composición de Pink Floyd: Era el Shine on your crazy diamond del álbum Wish you were here. Y me había despertado oyéndolo. Esa fue la primera vez en que me sentí marcado por una composición electrónica, y cuando mi interés por la música en general nació".
Durante su adolescencia descubrió por tanto su vocación musical y entonces empezó a aprender a tocar la guitarra, primero la clásica y luego la eléctrica. A los dieciséis años comenzó también a componer. Sus primeras composiciones se iniciaron dentro de lo que sería más tarde el grupo No Lo Sé!. Empezó profesionalmente en la música como técnico de sonido de la banda rock Números Rojos. Entretanto surtió su estudio personal con diversas unidades de efectos para guitarra, que por aquel entonces resultaban carísimas, lo que le supuso un gran esfuerzo. Después trabajó de guitarrista en la banda Els Pets, y de técnico de sonido en la primera maqueta del grupo. Hizo bastantes actuaciones con ellos, y aprendió cosas buenas: "La verdad es que es una banda que me enseñó a vivir la música como una fiesta, el tocar ante el público para pasarlo bien, sin estar preocupado constantemente por hacerlo todo perfecto. Aunque yo en el fondo soy muy perfeccionista".
Ya dentro del grupo No Lo Sé!, realizó discos y actuaciones, mientras se preparaba para dar forma definitiva a sus ideas musicales más personales. En 1991, apareció su primer trabajo en solitario, titulado Satori, que se publicó en el sello discográfico Hyades Arts. Ya entonces, mostró su extraordinaria imaginación como guitarrista, creando una colección de piezas impactantes, a menudo con sonoridades cósmicas propias de una orquesta de sintetizadores, y todo ello empleando únicamente guitarra eléctrica y unidades de efectos.
Su siguiente álbum, Tick, también editado por Hyades Arts, le reveló en una nueva faceta, con temas de diversos estilos aunque compartiendo una estética común y embarcados en el compromiso de ofrecer nuevas experiencias al oyente. Este CD constituye además una espectacular demostración de posibilidades sonoras poco conocidas de la guitarra eléctrica. Aunque se ha comparado a Satori con Robert Fripp, su estilo va hacia terrenos más inexplorados, y responde a sus inquietudes personales.
Con buena acogida de la crítica especializada en la vanguardia musical, Satori protagonizó durante la primera mitad de los noventa eventos que gozaron de importante proyección. En el plano internacional, el momento más decisivo fue su actuación en Estados Unidos. Otras circunstancias, como la amplia difusión de su música a través de la Radio Estatal Rusa, con cobertura en toda la CEI, constituyeron buenos indicadores del interés hacia su labor por parte del público ávido de nuevas sensaciones.
Compaginando su carrera en solitario con su trabajo en No Lo Sé!, logró que en 1993 esta banda cosechase un destacado éxito en el campo multimedia con la elaboración de un macroespectáculo celebrado al aire libre en la ciudad de Tarragona, inspirado en las leyendas de la historia antigua, el origen del universo, y otras cuestiones trascendentales. El evento constó no sólo de música, sino también de proyecciones de imágenes, efectos de luz, y la utilización de monumentos antiguos y montajes futuristas como elementos del escenario virtual. La música, encuadrada dentro del rock sinfónico, mostró también una importante orientación hacia lo cósmico, lo místico. El resultado de esta experiencia aparece recogida en el CD Kesse, y también lo estará en un video de próxima aparición, el cual combina imágenes tomadas del concierto, con animaciones por ordenador y otros materiales visuales.
El instrumento con el que Satori se siente emocionalmente más identificado es la guitarra. "Cuando cojo algo de seis cuerdas, noto de inmediato una interrelación entre ese instrumento y mi alma". Es crítico frente a quienes, desde el sector más conservador de la música, opinan que instrumentos modernos como la guitarra eléctrica o el sintetizador no poseen la calidad expresiva de los instrumentos clásicos orquestales. "Creo que piensan así porque nunca han tocado estos instrumentos. A quienes piensan, por ejemplo que el sintetizador ofrece menores posibilidades que un piano, yo les diría llanamente que lo prueben y que se dejen de tonterías y de academicismos, que la música es un campo abierto a la imaginación y no se puede cortar así como así".
En cuanto a cómo se autodefiniría en el terreno musical, tiene claro que no se compromete con ningún standard estilístico. "En mi música en solitario, no me considero circunscrito para nada en alguna corriente determinada. No busco catalogar a mi música dentro de un estilo. Es música y punto. Los catálogos existen para intentar tener las cosas claras a nivel de mercado, de negocio".
Piensa que el triunfo en la música consiste en lograr grabar aquello que se desea, no en obtener un éxito comercial amplio. "Considero que lo ideal es trabajar, crear y buscar un nuevo campo de investigación, un nuevo sonido, una nueva luz dentro de la música. No importa qué tipo de música hagas si disfrutas haciéndola".